En esta ciudad no hay cementerios.
La gente, aterrada, no tiene dónde caerse
muerta.
Camino por las calles y veo, al costado, en
un cordón, letras extrañas pintadas con tiza blanca. No hay cruces ni símbolos
extraños. Solo letras. Nombres supongo que se borran, se disuelven como los
cuerpos al viento.
En esta ciudad no hay cementerios.
Los muertos no tienen a dónde ir.
Todos huyen de la muerte, y ella juega a
las escondidas.
Me contaron que no saben lo que es un
epitafio. Que no hay testamentos ni recompensas. Que no conocen ni a dios ni al
alma ni al pecado. Solo a la muerte y sus cuerpos al viento.
No pude llevarle flores a mi abuelo.
No puedo morir acá.
Tendré que tatuarme mi epitafio.
con tinta de colores...
ResponderEliminarEsto se me hace super musical (izable). ya lo leo/entono.
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