17 ago 2012

Soy la Dulcinea que se quedó con tu lanza, Quijote.
Soy la Ariadna que se ahorcó con su hilo.
La Dafne que se dio vuelta
y te violó contra el árbol.
Soy la Antígona seductora y necrofílica
que aun no te ha enterrado.
El mar sireno que te canta en los sueños
para que ya no te despiertes.