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7 sept 2014

Cuando un ruido










Estamos en la noche en la que se caen los árboles.
Van de a poco descascarándose.
Pierden estabilidad.
Como el sueño.
No se sostiene si los árboles se caen.
Tiene que hacer equilibrio
con el canto de los grillos.
Los sueños salen
y se golpean con las paredes de la casa.
Nunca dejamos las ventanas abiertas.
Nunca dejamos una canilla goteando.
Guardamos todos los portarretratos familiares
en los cajones de las arañas.
Se quedan pegados los sueños de la casa
y solo mueren con el veneno
de las ratas.
Retumba el piso con el primer
árbol caído.
Hace un estruendo como de tormenta.
Vibran el piso, las ventanas y los pensamientos.
Se sacude un poco el mundo.
Cae otro
y otro
hasta que un silbido los detiene.
Es hora de levantarse.
Al fin se ponen de pie. 



3 jun 2014

En el lugar de entrada

No saber si fue tu nombre o un murmullo que llegó de noche. Encontrar algunas cartas en la calle y saber que fuiste vos quien las tiró. No reconocer en tus manos más que la sombra desgastada de lo que soñaste anoche. Mirar por el costado de tu cara y ver a todos los que escondes. Presentir debajo de la cama algún pie que no es mío ni tuyo ni de todos nuestros muertos. Caminar sin tu mano ni tu brazo ni la mirada de reojo. Susurrar cuando entra el sol por la ventana algún nombre desconocido. Gastar lo que me queda de suerte en una noche con vos.


12 may 2014

navicula



Me hundo como un barco sin amarras. Me deslizo despacio en una respiración que falla. No advierto el cambio. Me sorprende. De a poco pierdo la vista, el oído. Me lleno con litros de agua, a veces dulce, a veces salada. Me hundo en un abismo que nadie me había mostrado. Oscuro. Me hundo como mi abuela en su silla. Como mi abuelo en su tumba. Como las miles de hormigas que se van metiendo en mi cuerpo. Me hundo sin precedentes. Sin testigos. Me hundo en un mar de fuego o agua. Da lo mismo. En los dos ardo. En los dos me deslumbro con tu mirada de peces. Tu mirada de juicio final ante mi muerte que no la esquiva. Que se hunde en ella. Que la atrapa. Y la saca en el último respiro junto con otros peces muertos. 







10 mar 2014

III

Un río se descose por mis manos. Fluye limpio y calmo. Apenas un ruido de piedras asoma por la orilla. Desando todos los caminos. Descubro todos los velos. Corro las cortinas. El río crece. Lo cubre todo. No hay tiempo de llamar a nadie. No hay botes ni salvavidas. Abro las ventanas para que se inunde el mundo. Apenas sobreviven algunas hojas de los árboles más altos. Voy flotando suave sobre él. El agua se filtra por los poros. Comienzo a hincharme. A volverme agua, piedra, bosque. Todo es de un mismo color. Ya no hay olores ni animales. No queda nadie. Solo el río, el bosque y yo. 



 

25 dic 2013

decir adiós

















no hay palabra


y solo en unos pocos instantes 


existe eso y yo


sin intermediarios



10 nov 2013

nacimiento

me siento en la falda 




de una madre sin hijos




pienso en dos poemas




y me acuerdo




de todos los hijos que no parí




22 oct 2013

llamada









solo escucho las voces

que me llaman a gritos

desde adentro

desde tan adentro

tan hondo

que no me dejan respirar

4 oct 2013

aviso









cuántos niños hacen falta

cuántas madres

cuántas polleras rotas

y besos marchitos

cuántos surcos 

y grietas y hendiduras

cuánta piel rasgada

para sacar una sola nota

cuánta lluvia

y cuánto río

cuánta gota sobre gota

envuelta de rocío

hará falta

para que un día

tal vez mañana

tu nombre

por fin

aparezca

14 sept 2013

Antes que se termine la batería

Suelo encontrar fenómenos desorbitantes y extraños en cualquier lado, a cualquier hora y de cualquier manera. Ellos se convierten en una fuente de misterio para mí. Ir caminando y encontrar pequeños muñecos (soldados, bailarinas, monitos) y convertirlos en la metáfora del momento. Piezas de puzle desparramadas por el mundo esperando a ser devueltas a su origen primigenio. Cartas de póquer, ocho de piques, cuatro de corazones, as de diamantes, todas tienen su significado y, por supuesto, su significante. A ningún fenómeno se le niega la posibilidad del ser. Reparto en todos una pizca de epifanía y otro poco de revelación. En cada uno de ellos, como encontrarse una moneda de $2 al salir de firmar un contrato, existe la posibilidad de verdad, la pequeña porción de absoluto que debe ser reabsorbida. Yo soy un pequeño detective que se va dejando deslumbrar por las pistas que surgen cuando menos se lo espera. Encontrarse con una persona en la calle que lleva su apellido; una hoja que cae del árbol en el preciso instante en que estoy pasando debajo de él; una serie de hormigas que se aparecen, como fantasmas oníricos, en diferentes lugares de la casa y del cuerpo; una pluma que vuela al estirar una remera; el libro que siempre tira el gato; la baldosa de forma extraña que siempre piso al bajar del ómnibus; las cartas misteriosas que algún ser querido envió a otro desparramadas por la vereda de mi casa; la mancha de humedad de un libro; la axiología de los números pares: 04+04=8; 1+9+8+6= 24; 2+4=6; 8+6=14 y que un mago en un bar lo adivine; el nacimiento espontáneo de una flor; la consecutividad de los números de los ómnibus o la particularidad numerológica que resulta de la suma de las matrículas de autos o los números de puerta de las casas.
De esta manera el universo se me vuelve un verdadero 'bosque de símbolos', y no por casualidad tengo un árbol tatuado, fui a una exposición con fotografías de árboles y me prestan un libro que tiene en la tapa un árbol. El símbolo es claro y se incorpora perfectamente a la categoría de símbolos naturales.
Porque algo que da orden para interpretar son las taxonomías. Es importante tener un claro sistema clasificatorio de los fenómenos, para luego reagruparlos en símbolos y así ir de a poco descubriendo la verdad del mundo. No es lo mismo la revelación espontánea de una estampita dentro de un libro que descubrir que el presidente tiene el mismo abrelatas que yo o que, al cruzar la calle, se aparezca apoyada en el borde de la vereda las fotos vacacionales de una familia perfecta.
De este modo se podrían establecer gráficos catafóricos. Sería posible establecer cuántas veces al mes encuentro un objeto extraño o se produce un fenómeno engañadoramente casuístico. Estos cálculos son sencillos y exactos, esta confiabilidad me permitió comprar estantes, cajones, álbum de fotografías y la cantidad suficiente de papel como para escribir todas las historias. 
Aunque parezca que por la calle voy oliendo flores o levantando cosas del piso, lo cierto es que pretendo descifrar un jeroglífico, mí jeroglífico. La predictibilidad del azar. El sueño realizado. El misterio fenomenológico. 






10 sept 2013

Nocturno en la oscuridad

estás en la noche


te alejás



descubrís la forma de entrar



te abro 



ocupás un espacio







te alejás



descubrís la forma de irte



solo la luna



y una estrella



que te vio escapar

19 ago 2013

salida nocturna













 no hay



ventana








ni sueño



  

                                                                   
                                                                                      que el gato



                                                                   
                                                                                                                        no pueda atravesar

6 ago 2013

racimo













hay una intimidad que no conozco


la intimidad monosilábica


la intimidad en la que entra solamente uno


intimidad mosca y hormiga


intimidad pulga que se aloja en mi cama


en los pelos que fue dejando el gato


antes de morir






7 jul 2013

Ayer III

me decís en secreto













en un rincón de la casa















que no te gustan los gatos

1 jul 2013

No está










detrás de la casa

                            vos

detrás de vos

                       un sueño

detrás del sueño

                       un gato

que se lame

se acaricia

                      maúlla

y detrás del maudillo

el llanto

escondido

como un niño

                           detrás 

           de la puerta 

 de una casa

11 may 2013

Omnipotente


siempre creí que podía con todo. que tenía el mundo en mis manos. plastilina que me había quedado guardada en el bolsillo al salir del jardín de infantes. es que de niña me parecía un poco a dios. por eso siempre andaba jugando con objetos que se pueden manipular. era mi propio universo moldeable. desarmable. es que, en verdad, podía con todo. me fui creyendo que podía con todo. hacía lo que quería con la vida de las muñecas. las sacrificaba por amor a todo lo insignificante. les negaba el alimento. las vestía. hice lo que quise en ese mundo plástico. sillones rosados y vestidos de novias. se fueron quedando viejos. objetos de burla en el liceo. ¿todavía jugás con muñecas? nadie entendía. yo juego con la vida les decía. pero nadie entiende. todo tiene su límite dijo mi madre y me regaló un puzle. era de pocas piezas y muchos colores. el límite del universo rectangular. esa es mi porción. nadie se mete ahí dentro. mis manos moldean y recorren la forma del cartón. luego sus colores. luz y sombra. brillo y oscuridad. se despliegan las formas. todo los detalles que conforman mi universo inalterable al que nadie entra. si mis manos se pierden yacerá incompleto. un nuevo dios nace cada vez que se agita la caja y se meten sus manos dentro. cada vez más grande. dios se expande por las tierras. le da el único tiempo que le queda. pero parece que a nadie le gusta que dios arme puzles. porque se olvida de sus deberes de dios. porque se le van yendo los amigos. porque se va quedando noches y noches solo rodeado de piezas. entonces le regalan las sopas de letras. el abecedario en bruto para construir palabras. palabras que están y palabras que no existen. palabras que se pierden de sí mismas. que van cubriéndolo todo. donde hay palabras siempre hay un misterio por resolver. cada palabra puede contener otras dentro. no es fácil entonces encontrar mensajes secretos por todos lados. pistas. misterios. nada es lo que debe ser. entonces ahí es que se puede jugar. porque a dios nadie le había enseñado a jugar. entonces le mostraron lo que era una lapicera y un lápiz. porque ya estaba grande. le enseñaron que esas letras también las podía dibujar. le enseñaron a crear. a verse en su mundo inventado. ser o no personaje. actuar en la imaginación. penetrar en los sueños. porque resulta que una vez tuve un sueño. ya solo soñar me sorprendía porque pensé que no era de dioses hacer eso. tenía miedo a la realización del sueño. porque quién sabe hasta donde llega su acto creativo. mi sueño fueron palabras también. todas inventadas. palabras que se encontraban por primera vez y otras sorprendidas de verse tan cercanas. y el sueño se quedó solo por ahí. se llenó el mundo de palabras y ya no fue necesario seguir soñando. cuando perdí los sueños. cuando se fueron. solo ahí pude ser dios. 



 [Ilusión óptica - Bruno Rosa]

10 mar 2013

Cada tanto










Cada tanto debo volver a tu cuerpo. Cada tanto debo permitirle al recuerdo abrir esa puerta clausurada, cerrada con doble tranca y candado. Cada tanto me permito recorrer nuestro tiempo juntos. Visitar los lugares que me vieron. Cada tanto golpeás desde el otro lado de la puerta. Golpeás fuerte, para que te escuche. Gritás mi nombre completo, te asomás por una ventanita que dejé por las dudas, que solo se abre por fuera. Una ventana por la que seguro me espiás y cerrás con ademanes ofendidos cuando me paseo por ahí desnuda acompañada de otros cuerpos, algunos que ni siquiera saben de tu existencia. Que ni miran para la puerta cerrada. A veces quiero perder la llave y así poder tener una excusa para no volver a abrirte, pero hice copias que fui guardando por toda la casa. A veces pienso que no voy a verte asomar más la cabeza por la ventana y paso días enteros mirando hasta que aparezcas. Otras veces no aparecés. Otras veces te ocultás y me escuchás llorar, porque la puerta no es buena aislando los sonidos, y también llorás del otro lado porque te escucho. Y cada tanto nos quedamos así, lágrima contra lágrima, hasta que alguno se duerme y todo vuelve a ser como antes, sin serlo. 




16 feb 2013

No day

Me envuelvo en una sábana y salgo a buscarte. Me dijiste que ibas a ir a tal lado e ibas a estar con tal persona. No me importa. Voy a convencer a tu perro de que me quiera. Los animales me persiguen por las calles y los perros me mueven sus colas. Con esta sábana no me reconocen y me quieren morder. Vos tampoco me vas a reconocer. Voy a quedarme un ratito atrás del árbol para ver qué hacés, si le das un beso, si me nombrás. Seguro ni te acordás de mí. Ni me nombrás de noche al acostarte. Pero yo me aparecí en tus sueños algunas veces. Te desperté y estaba todo llenito de sudor. Las sábanas, como la que ahora me envuelve, estaban empapadas. Pero no supiste que era yo. No te acordaste que yo era yo, que te estuve viendo atrás de las puertas y las ventanas. Que me bajé atrás tuyo en el ómnibus. Que vi dónde vivías y dónde trabajabas. Que me subiste a tu auto un día de lluvia. Que nos reímos al mismo tiempo. No sabés que yo soy yo y que te estoy esperando abajo de esta sábana.