21 oct 2016

Nací mujer

Hay una mujer
que se esconde
en los abismos sin tiempo.
Me criaron así
para sobrevivir.
Hubo en otro tiempo
otra mujer parecida a mí
parecida a mi madre
parecida a mi abuela
que agarró a su hija mujer
y la cruzó en un bote clandestino.
La llevó
del otro lado del río
para que no se notaran
sus lágrimas de mujer rota.
Solo esa hija
pudo comprender
ya vieja
que la salvaba
y la hundía
que todo 
del otro lado del río
será así
siempre.
Porque después 
de ella
vendrá otra madre
que comprenderá
la carga genética.
Armará el clan
y buscará
los símbolos secretos
de la familia.
Ordenará
según las estrictas reglas
el árbol genealógico.
Seremos triángulos y círculos
unidos y separados
por fechas
y acontecimientos
entrelazados con otros clanes.
Por eso 
ella
será la que prepare el té
con cucharas de madera
e inicie el rito
que yo también conozco.
La historia secreta
de las mujeres de la casa.
Herencia Universal
genéticamente comprobada.
Yo también ahora
tomo té
de jengibre
miel
y marcela.
Y también sueño
con la serpiente asesinada
con los secretos
que no son míos
y por los que debo atestiguar.
No puede haber
solo mandatos
y transferencias.
Que la vida sea
solo
las valijas de otros. 
Que solo exista
la posibilidad de un misterio.
Por eso
ya escribí
todas las cartas 
a los antepasados
a los muertos
al clan.
Ya realicé
todos los ritos de pasaje.
Reprogramé
mi adn.
Mi sangre hirvió
sobre la hipnosis
ericksoniana
de los recuerdos.
Hasta llegar a la oscuridad
de la memoria sin tiempo
que se esconde
en la palabra mujer.