4 mar 2012

¡Yo no sé!

Lo primero que hay que hacer es elegir el tamaño y el estilo. Luego se opta por la disposición y alineación, salvo que la necesidad sea tan imperiosa que no le permita tomar ninguna de estas precauciones y deba lanzarse al vacío sin ninguna seguridad más que la urgencia que nace desde el interior de usted mismo; esto llevará a que las precauciones se tornen arreglos al final.
Luego, el acto mismo, es igual para todos. Algunos con más fuerza e ímpetu, otros más solemnes y relajados. 
Y el resultado final, objetivamente, también es el mismo. Acumulación de aquello que ya no se puede retener en el interior y necesitamos largar. Cabe destacar que también hay variaciones en los resultados, principalmente en lo que al tamaño, densidad y extensión respecta. Quedará a criterio de cada consumidor elegir aquello que esté acorde a sus intereses personales.  

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